sábado, 5 de septiembre de 2009

LOCURAS DEL MUNDO ANIMAL

Los erizos ven todo de color amarillo.

El pez abisal Chauliodus, que vive a una profundidad de 2.200 metros, tiene en el interior de la boca una especie de letrero luminoso con 350 puntos de luz, con los que atrae a sus presas.

En un gran lago de Bélgica se vio una bandada de libélulas que abarcaba una extensión de 170 kilómetros cuadrados. A su paso por Amberes la nube de insectos interrumpió el tráfico durante horas.

Aunque sus ojos relucen en las tinieblas, los gatos no pueden ver en la oscuridad. El brillo se debe a que reflejan la escasísima luz ambiental por medio de una membrana llamado tapetum lucidum. También tienen un campo de visión mucho más amplia que las personas, y son muy sensibles a la luz ultravioleta, lo que les permite distinguir cosas que un hombre jamás vería. Durante el día, los gatos ven mucho peor que nosotros.

Hay en Edimburgo un monumento dedicado a un perro llamado Bobby, tan fiel a su amo -un pastor llamado el viejo Jock- que a su muerte permaneció junto a su tumba durante catorce años. Quienes visitaban el cementerio jamás vieron al animal alejarse de la sepultura.

El cangrejo gigante de la especie Macrocheira kaempfferi, que habita en las profundidades de los mares de Japón, puede dar con sus largas patas pasos de hasta tres metros.

Algunos rotíferos, unos seres microscópicos, son capaces de permanecer aparentemente muertos durante años. En una ocasión se llegó a esperar 22 años para ponerlos en una gota de agua. Casi instantáneamente, el animalito chupó ansiosamente el líquido, se infló y comenzó a nadar como si nada hubiera ocurrido.

En 1861, un barco francés rescató de las aguas de Tenerife un trozo de pulpo gigantesco. Según calcularon los expertos, el animal entero debía medir más de seis metros y pesar dos toneladas.

En 100 litros de agua de mar habitan 77 millones de microorganismos vegetales, 1.600.000 protozoos y 17.000 seres fluctuantes, como peces, algas superiores, medusas, pólipos, corales...

La salamandra siberiana Hynobius keyserlingi sobrevive a temperaturas inferiores a –35º C.

Tal es la agudeza visual del león, que consigue percibir a sus presas hasta una distancia de un kilómetro y medio. Pero el récord lo ostenta el halcón, que es capaz de avistar un suculento manjar con la misma nitidez que un ser humano equipado con unos prismáticos de nueve aumentos.

El lagarto de la especie Varanus salvadori, que habita en Nueva Guinea, y es el más grande del mundo, alcanza los 5 metros de longitud.

Algunas moscas, como la llamada verde metálica, son capaces de medir la velocidad del viento con sus antenas. Si la velocidad supera los 2,5 metros por segundo, la mosca se mantiene en tierra, ya que si despegara en estas condiciones climatológicas sería arrastrada por el viento.

Los murciélagos de Indonesia, los más grandes del mundo, llegan a alcanzar el medio metro desde el morro a la cola, y tienen una envergadura con las alas desplegadas que llega a 1,9 metros. Afortunadamente, estos monstruos voladores sólo se alimentan de frutos.

Los hipocampos, o caballitos de mar, machos son los que traen los hijos al mundo. La hembra agrede sexualmente a su compañero, y deposita los huevos en una especie de bolsa. El hipocampo papá produce una especie de placenta y alimenta a las crías.

Se ha descubierto que los elefantes pueden comunicarse a grandes distancias emitiendo unos sonidos infrasónicos, inaudibles para el oído humano.

El premio Nobel Niko Tinbergen tenía junto a una ventana del salón, un pez en una pecera que amenazaba a todas las camionetas rojas de correos que pasaban. El pez era un gasterósteo macho, animal que ataca instintivamente a otros machos, a los cuales identifica por el color rojo de su pecho. En realidad, estos peces se echan encima de cualquier cosa rojo que se mueva.

Los machos de ciertos gusanos acantocéfalos -parásitos que viven en el intestino de animales como las ratas- tras copular con la hembra segregan una sustancia cementante que tapona la vagina. El cemento sirve obviamente para que los espermas no se salgan, y para evitar que otro gusano pueda copular con su compañera. Pero lo más curioso de estos animalitos es que, cuando compiten por una misma hembra, el más fuerte tapona con cemento los órganos genitales del competidor.

Un león, el animal de mayor actividad sexual del mundo, puede copular con la misma hembra cien veces al día.

La agresividad sexual de la rana-toro macho es tal que se aparea con todo aquello que se mueve.

Se sospecha que los canguros pueden suicidarse por pena, al igual que los perros cuando pierden a su amo. En 1989, una hembra de canguro murió repentinamente en un zoológico de Brescia, Italia. Una semana después, su compañero se tiró al barranco que separaba los animales del público, y resultó muerto.

No sólo los pájaros emigran. Las tortugas verdes sudamericanas nadan cada año casi 2.500 kilómetros hasta la isla Ascensión, un punto en el Atlántico que apenas tiene ocho kilómetros de ancho.

Las cebras no son blancas con rayas negras, sino negras con rayas blancas.

Un escarabajo Goliat puede llegar a pesar 100 gramos.

La hembra del gusano marino de la especie Bonellia viridis pesa 100 millones de veces más que el macho.

Una concha de la almeja gigante Tridacna gigas, que vive en los océanos Índico y Pacífico, llega a pesar 300 kilos.

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