domingo, 13 de septiembre de 2009

Schopenhauer


"Frecuentemente creen los hombres, al escuchar palabras huecas, que se trata de graves pensamientos".

"La cólera no nos permite saber lo que hacemos y menos lo que decimos."

"Los hombres superficiales tratan de llenar su tiempo; los sensatos lo utilizan."

"«Ni amar ni odiar»: esta regla encierra la mitad de la sabiduría."

"La cantidad de rumores inútiles que un hombre puede soportar es inversamente proporcional a su inteligencia."

"A excepción del hombre, ningun ser se maravilla de su propia existencia."

"No hay ningún viento favorable para el que no sabe a que puerto se dirige."

"Las religiones, como las luciérnagas, necesitan de la oscuridad para brillar."

"Los hombres vulgares han inventado la vida de sociedad porque les es más fácil soportar a los demás que soportarse a sí mismos."

"La riqueza es como el agua salada; cuanto más se bebe, más sed da."

"Desear la inmortalidad es desear la perpetuación de un gran error."

"En no pocos casos el odio a una persona tiene sus raíces en la estimación involuntaria de sus virtudes."

"El médico contempla al hombre en toda su flaqueza, el abogado en toda su maldad, y el sacerdote en toda su necedad."

"El instinto social de los hombres no se basa en el amor a la sociedad, sino en el miedo a la soledad."

"El cambio es la única cosa inmutable."

"La envidia en los hombres muestra cuán desdichados se sienten, y su constante atención a lo que hacen o dejan de hacer los demás, muestran cuánto se aburren."

"La personalidad del hombre determina por anticipado la medida de su posible fortuna."

"Al que todo lo pierde, le queda Dios todavía."

"Aunque el mundo contiene muchas cosas decididamente malas, la peor de todas ellas es la sociedad."

"Cada nación se burla de las otras y todas tienen razón."

"El hombre ha hecho de la Tierra un infierno para los animales."

"Nadie es realmente digno de envidia."

"Mi vaso no es grande, pero bebo en mi vaso."

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