domingo, 13 de septiembre de 2009

Ambrose Bierce - Diccionario del diablo


-Aburrido, Adj. Dícese del que habla cuando uno quiere que escuche.

-Aire, s. Sustancia nutritiva con que la generosa Providencia engorda a los pobres.

-Alianza, s. En política internacional la unión de dos ladrones cada uno de los cuales ha metido tanto la mano en el bolsillo del otro que no pueden separarse para robar a un tercero.

-Ambición, s. Deseo obsesivo de ser calumniado por los enemigos en vida, y ridiculizado por los amigos después de la muerte.

-Ambidextro, adj. Capaz de robar con igual habilidad un bolsillo derecho que uno izquierdo.

-Amistad, s. Barco lo bastante grande como para llevar a dos con buen tiempo, pero a uno solo en caso de tormenta.

-Anormal, adj. Que no responde a la norma. En cuestiones de pensamiento y conducta ser independiente es ser anormal y ser anormal es ser detestado. En consecuencia, el autor aconseja parecerse más al Hombre Medio que a uno mismo. Quien lo consiga obtendrá la paz, la perspectiva de la muerte y la esperanza del Infierno.

-Año, s. Período de trescientos sesenta y cinco desengaños.

-Autoestima, s. Evaluación errónea.

-Batalla, s. Método de desatar con los dientes un nudo político que no pudo desatarse con la lengua.

-Belleza, s. Don femenino que seduce a un amante y aterra a un marido.

-Blanco, adj. Negro.

-Boda, s. Ceremonia por la que dos personas se proponen convertirse en una, una se propone convertirse en nada, y nada se propone volverse soportable.

-Boticario, s. Cómplice del médico, benefactor del sepulturero, proveedor de los gusanos del cementerio.

-Bruja, s. (1) Mujer fea y repulsiva en perversa alianza con el demonio. (2) Muchacha joven y hermosa, en perversa alianza con el demonio.

-Bruto, s. Ver Marido.

-Camino, s. Faja de tierra que permite ir de donde uno está cansado a donde es inútil ir.

-Caníbal, s. Gastrónomo de la vieja escuela, que conserva los gustos simples y la dieta natural de la época preporcina.

-Carro fúnebre, s. Cochecito de niños de la muerte.

-Castigo, s. Lluvia de fuego y azufre que cae sobre los justos e igualmente sobre los injustos que no se han protegido expulsando a los primeros.

-Celoso, adj. Indebidamente preocupado por conservar lo que sólo se puede perder cuando no vale la pena conservarlo.

-Cerdo, s. Ave notable por la uníversalidad de su apetito, y que sirve para ilustrar la universalidad del nuestro. Los mahometanos y judíos no favorecen al cerdo como producto alimenticio, pero lo respetan por la delicadeza de sus costumbres, la belleza de su plumaje y la melodía de su voz. Esta ave es particularmente apreciada como cantante: una jaula llena, puede hacer llorar a más de cuatro. El nombre científico de este pajarito es Porcus Rockefelleri. El señor Rockefeller no descubrió el cerdo, pero se lo considera suyo por derecho de semejanza.

-Cerebro, s. Aparato con que pensamos que pensamos. Lo que distingue al hombre contento, con “ser” algo del que quiere “hacer” algo. Un hombre de mucho dinero, o de posición prominente, tiene por lo común tanto cerebro en la cabeza que sus vecinos no pueden conservar el sombrero puesto. En nuestra civilización y bajo nuestra forma republicana de gobierno, el cerebro es tan apreciado que se recompensa a quien lo posee eximiéndolo de las preocupaciones del poder.

-Cínico, s. Miserable cuya defectuosa vista le hace ver las cosas como son y no como debieran ser. Los escitas acostumbran arrancar los ojos a los cínicos para mejorarles la visión.

-Circo, s. Lugar donde se permite a caballos, “ponies” y elefantes contemplar a los hombres, mujeres y niños en el papel de tontos.

-Cobarde, adj. Dícese del que en una emergencia peligrosa piensa con las piernas.

-Col, s. Legumbre familiar comestible, similar en tamaño e inteligencia a la cabeza de un hombre.

-Comestible, adj. Dícese de lo que es bueno para comer, y fácil de digerir, como un gusano para un sapo, un sapo para una víbora, una víbora para un cerdo, un cerdo para un hombre, y un hombre para un gusano.

-Complacer, v. t. Poner los cimientos para una superestructura de imposiciones.

-Crítico, s. Persona que se jacta de lo difícil que es satisfacerlo, porque nadie pretende satisfacerlo.

-Cuadro, s. Representación en dos dimensiones de un aburrimiento que tiene tres.

-Dentista, s. Prestidigitador que nos pone una clase de metal en la boca y nos saca otra clase de metal del bolsillo.

-Dependiente, adj. Dícese del que confía en la generosidad de otro cuando no puede abusar de sus temores.

-Destino, s. Justificación del crimen de un tirano; pretexto del fracaso de un imbécil.

-Detener, v. t. Arrestar a alguien acusado de conducta insólita. “Dios hizo el mundo en seis días y se detuvo el séptimo” (Versión No Autorizada de la Biblia)

-Difamar, v. t. Decir mentiras sobre otro. Decir verdades sobre otro.

-Dinero, s. Bien que no nos sirve de nada hasta que nos separamos de él. Indicio de cultura y pasaporte para una sociedad elegante. Posesión soportable.

-Diplomacia, s. Arte de mentir en nombre del país.

-Disimular, v. t. e i. Poner camisa limpia al carácter.

-Economía, s. Compra del barril de whisky que no se necesita por el precio de la vaca que no se tiene.

-Elocuencia, s. Arte oral de persuadir a los tontos de que lo blanco es blanco. Incluye el don de hacer creer que cualquier color es blanco.

-Emoción, s. Enfermedad postrante causada por el ascenso del corazón a la cabeza. A veces viene acompañada de una copiosa descarga de cloruro de sodio disuelto en agua, proveniente de los ojos.

-Empujón, s. Una de las dos cosas que llevan al éxito, especialmente en política. La otra es el tirón.

-Entendimiento, s. Secreción cerebral que permite a quien la posee distinguir una casa de un caballo, gracias al tejado de la casa. Su naturaleza y sus leyes han sido exhaustivamente expuestas por Locke, que cabalgó una casa, y por Kant, que vivió en un caballo.

-Ermitaño, s. Persona cuyos vicios y locuras no se ejercen en sociedad.

-Espalda, s. Parte del cuerpo de un amigo que uno tiene el privilegio de contemplar en la adversidad.

-Erudición, s. Polvillo que cae de un libro a un cráneo vacío.

-Etnología, s. Ciencia que estudia las distintas tribus del Hombre: por ejemplo, ladrones, asaltantes, estafadores, burros, lunáticos, idiotas y etnólogos.

-Famoso, adj. Notoriamente miserable.

-Fe, s. Creencia sin pruebas en lo que alguien nos dice sin fundamento sobre cosas sin paralelo.

-Fidelidad, s. Virtud que caracteriza a los que están por ser traicionados.

-Filosofía, s. Camino de muchos ramales que conduce de ninguna parte a la nada.

-Futuro, s. Época en que nuestros asuntos prosperan, nuestros amigos son leales y nuestra felicidad está asegurada.

-Guillotina, s. Máquina que hace que un francés se encoja de hombros con buen motivo.

-Hipócrita, s. El que profesando virtudes que no respeta se asegura la ventaja de parecer lo que desprecia.

-Historia, s. Relato casi siempre falso de hechos casi siempre nimios producidos por gobernantes casi siempre pillos o por militares casi siempre necios.

-Hombre, s. Animal tan sumergido en la extática contemplación de lo que cree ser, que olvida lo que indudablemente debería ser. Su principal ocupación es el exterminio de otros animales y de su propia especie que, a pesar de eso, se multiplica con tanta rapidez que ha infestado todo el mundo habitable, además del Canadá.

-Homeópata, s. Humorista de la medicina.

-Homicidio, s. Muerte de un ser humano por otro ser humano. Hay cuatro clases de homicidio: felón, excusable, justificable y encomiable, aunque al muerto no le importa mucho si lo han incluido en una o en otra; la distinción es para uso de abogados.

-Idiota, s. Miembro de una vasta y poderosa tribu cuya influencia en los asuntos humanos ha sido siempre dominante. La actividad del Idiota no se limita a ningún campo especial de pensamiento o acción, sino que “satura y regula el todo”. Siempre tiene la última palabra; su decisión es inapelable. Establece las modas de la opinión y el gusto, dicta las limitaciones del lenguaje, fija las normas de la conducta.

-Impunidad, s. Riqueza.

-Inmigrante, s. Persona inculta que piensa que un país es mejor que otro.

-Insensible, adj. Dotado de gran fortaleza para soportar los males que aquejan a los demás.

-Justicia, s. Artículo más o menos adulterado que el Estado vende al ciudadano a cambio de su lealtad, sus impuestos y sus servicios personales.

-Legal, adj. Compatible con la voluntad del juez competente.

-Loco, adj. Dícese de quien está afectado de un alto nivel de independencia intelectual; del que no se conforma a las normas de pensamiento, lenguaje y acción que los conformantes han establecido observándose a sí mismos; del que no está de acuerdo con la mayoría; en suma, de todo lo que es inusitado. Vale la pena señalar que una persona es declarada loca por funcionarios carentes de pruebas de su propia cordura. Por ejemplo, el ilustre autor de este Diccionario no se siente más convencido de su salud mental que cualquier internado en un manicomio, y —salvo demostración en contrario— es posible que en vez de la sublime ocupación a que cree dedicar sus facultades, esté golpeando los puños contra los barrotes de un asilo y afirmando ser Noé Webster, ante la inocente delectación de muchos espectadores desprevenidos.

-Locuacidad, s. Dolencia que vuelve al paciente incapaz de contener la lengua cuando uno quiere hablar.

-Malechor, s. El principal factor en el progreso de la raza humana.

-Mano, s. Instrumento singular que se usa al extremo de un brazo humano, y que por lo general se encuentra metida en un bolsillo ajeno.

-Matrimonio, s. Condición o estado de una comunidad formada por un amo, un ama y dos esclavos, todos los cuales suman dos.

-Médico, s. Alguien a quien lanzamos nuestras súplicas cuando estamos enfermos, y nuestros perros cuando nos hemos curado.

-Mendigo, s. El que ha confiado en la ayuda de los amigos.

-Mono, s. Animal arbóreo que se instala en los árboles genealógicos.

-Nihilista, s. Ruso que niega la existencia de todo, menos de Tolstoi. El jefe de esta escuela es Tolstoi.

-Niñez, s. Período de la vida humana intermedio entre la idiotez de la primera infancia y la locura de la juventud, a dos pasos del pecado de la adultez, y a tres del remordimiento de la ancianidad.

-Océano, s. Extensión acuática que ocupa dos tercios del mundo hecho para el hombre, que casualmente carece de branquias.

-Oponer, v. Ayudar con obstrucciones y objeciones.

-Optimismo, s. Doctrina o creencia de que todo es hermoso, inclusive lo que es feo; todo es bueno, especialmente lo malo; y todo está bien dentro de lo que está mal. Es sostenida con la mayor tenacidad por los más acostumbrados a una suerte adversa. La forma más aceptable de exponerla es con una mueca que simula una sonrisa. Siendo una fe ciega, no percibe la luz de la refutación. Enfermedad intelectual, no cede a ningún tratamiento, salvo la muerte. Es hereditaria, pero afortunadamente no es contagiosa.

-Pagano, s. Ser descarriado que incurre en la locura de adorar lo que puede ver y sentir.

-Patriotismo, s. Basura combustible dispuesta a arder para iluminar el nombre de cualquier ambicioso.

-Paz, s. En política internacional, época de engaño entre dos épocas de lucha.

-Peatón, s. Para un automóvil, parte movediza (y audible) del camino.

-Pesimismo, s. Filosofía impuesta al observador por el desalentador predominio del optimista, con su esperanza de espantapájaros y su abominable sonrisa.

-Policía, s. Fuerza armada destinada a asegurar la protección al expolio.

-Política, s. Conflicto de intereses disfrazados de lucha de principios. Manejo de los intereses públicos en provecho privado.

-Presente, s. Parte de la eternidad que separa el dominio del desengaño del reino de la esperanza.

-Prevaricador, s. Mentiroso en estado de crisálida.

-Prójimo, s. Aquél a quien no está ordenado amar como a nosotros mismos, pero que hace todo lo posible para que desobedezcamos.

-Puerco, s. Animal (Porcus Omnívorus) estrechamente emparentado con la raza humana por el esplendor y vivacidad de su apetito, que, sin embargo, es menos amplio, pues retrocede frente al cerdo.

-Realmente, adv. Aparentemente, quizá; posiblemente.

-Referéndum, s. Ley que se somete a voto popular para establecer el consenso de la insensatez pública.

-Reposar, v.i. Dejar de fastidiar.

-Reverencia, s. Actitud espiritual de un hombre frente a un dios, y de un perro frente a un hombre.

-Rima, s. Concordancia de sonidos en la punta de dos versos, generalmente malos y aburridos.

-Rumor, s. Arma favorita de los asesinos de reputaciones.

-Sabiduría, s. Tipo de ignorancia que distingue al estudioso.

-Sepulcro, s. Lugar en que se coloca a los muertos hasta que llegue el estudiante de medicina.

-Suficiente, adv. Todo lo que hay en el mundo, siempre que a usted le guste.

-Teléfono, s. Invención del demonio que suprime algunas de las ventajas de mantener a distancia a una persona desagradable.

-Tonto, s. Persona que satura el dominio de la especulación intelectual y se difunde por los canales de la actividad moral. Es omnífico, omniforme, omniperceptivo, omnisciente, omnipotente. Fue él quien inventó las letras, la imprenta, el ferrocarril, el vapor, el telégrafo, la perogrullada y el circulo de las ciencias. Creó el patriotismo y enseñó la guerra a las naciones, fundó la teología, la filosofía, el derecho, la medicina y Chicago. Estableció el gobierno monárquico y el republicano. Viene de la eternidad pasada y se prolonga hasta la eternidad futura. Con todo lo que el alba de la creación contempló, tontea él ahora. En la mañana de los tiempos, cantaba en las colinas primitivas, y en el mediodía de la existencia, encabezó la procesión del ser. Su mano de abuela esta cálidamente cobijada en el sol puesto de la civilización, y en la penumbra prepara el nocturno plato del Hombre, moralidadleche, y abre la cama del sepulcro universal. Y después que todos nos hayamos retirado a la noche del eterno olvido, él se sentará y escribirá una historia de la civilización humana.

-Triquinosis, s. Réplica del cerdo a la porcofagia.

-Urraca, s. Ave cuya inclinación al robo ha sugerido a algunos la posibilidad de enseñarle a hablar.

-Vanidad, s. Tributo que rinde un tonto al mérito del asno más cercano.

-Vidente, s. Persona, por lo general mujer, que tiene la facultad de ver lo que resulta invisible para su cliente: o sea, que es un tonto.

Aquí lo tenéis completo:

Diccionario del Diablo

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