domingo, 13 de septiembre de 2009

Odín - El furor


Maestro de la sabiduría y de las ciencias ocultas. Odín es el dios de los poetas, los extáticos y los guerreros.
Odín, Odhinn, Wotan, o Woden, es un gran anciano barbudo y tuerto, plegado en dos, vestido con un viejo abrigo raído, de múltiples colores y un sombrero de bordes anchos. Lleva un "Draupnir" (anillo de oro), del cual sale cada nueve noches un nuevo anillo, tan bello como el primero. Está armado con una lanza llamada "Gungnir", fabricada por los Enanos. Su caballo, "Sleipnir", tiene ocho patas, galopa tanto en tierra como en el aire y sobre el océano.
Se le atribuyen tres mujeres: Jord (La Tierra de los Orígenes), Frigga (La Tierra Habitada) y Rind (La Tierra que se Vuelve Inculta). De ese modo Odín resume la historia del mundo. De la tres mujeres, Frigga es su preferida que se sienta con Odín en el alto asiento, el "Hlidskjalf", desd el cual se puede comtemplar y oír todo el universo.
Odín se llama "Rafnagud" (El Dios de los Cuervos), efectivamente, dos cuervos están sobre sus hombros, son: Hugin (el pensamiento) y Munin (la memoria), que vuelan por el mundo para ver y escuchar lo que ocurre. Vuelven luego para contarle al oído lo que saben. Odín es así el detentador de todo saber.
Odín es fogoso, sólo se alimenta de vino y representa las fuerzas incontrolables y frenéticas que se apoderan del amante en el momento del orgasmo, del poeta en plena improvisación, del sacerdote en sus trances, y del guerrero salvaje en lo más fuerte del combate. Es el poder del instinto, el exceso de la rabia que da fuerzas sobrehumanas.
Retorcido y cínico, inspira la bribonada que engaña al enemigo y la astucia que da la victoria, sabe volver ciego al adversario y lo paraliza de terror. Le gustan los guerreros intrépidos, y con la Valquirias, los elige en el campo de batalla, les destina una muerte gloriosa y los lleva a su Walhalla, donde viven alegres festejando y peleándose sin daño, esperando el combate del último día.
Es también Valfadir (El Padre de los Matados).
Despreciando el sufrimiento, lo acepta para sí mismo y lo provoca en los demás sin ninguna emoción. A Odín le gusta el poder y la potencia. Es cruel y aficionado a los sacrificios humanos, particularmente a los sacrificios de reyes que le permiten afirmar su preeminencia.
Odín es soberano, es el primero y el más viejo de los Ases; reina sobre todas las cosas, y aunque los demás dioses sean poderosos, todos le sirven como hijos que sirven a su padre.
Gran viajero, Odín anda siempre por montes y valles. Quiere conocerlo todo, saberlo todo. Odín está dispuesto a todo para alcanzar su meta. La sabiduría no se paga ni con oro ni con plata, dá pues un ojo para convertirse en un verdadero vidente, Así Odín se quedará tuerto.

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